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Los escritores, todos, la vocación. La necesidad de hacer un algo que llama, la facilidad, la intención, la repetición, el talento.
Habemos una variedad, aún no se si grande o pequeña, de personas atrapadas en un sinfín de justificaciones para no escuchar la voz. Para quienes la definición de las cosas es más importante aún que la acción. ¿Cómo las llamarías? ¿Perdedores? ¿Desperdiciados? ¿Soberbios? Saber los significados, interpretar, atrapar, delimitar, constituyen el objeto de nuestra masturbación mental por la que vivimos, por la que comemos, por la que abrimos los ojos día tras día.
Somos incompatibles con la realidad. Creo que somos la culminación de una sociedad que se desvive por explicar las formas, la condición y la importancia de la condición humana. Tomamos por estandarte todo aquello que nos separa de la vida salvaje animal, condenamos el instinto y alabamos la pureza del pensamiento. Abrazamos la esperanza vacua de que, nuestro pensamiento nos salvará de una vida fútil, fugaz.
¿Qué queremos? Todo. Todo acá arriba, en nuestra mente, en nuestro cerebro. Pero acá, en el mundo material, las ambiciones son un idioma incomprensible, la fuerza física no constituye un esfuerzo considerable. El trabajo no es para nosotros. La vida debiera dársenos por la cantidad de ideas que producimos, por lo mucho que hemos rascado en el tejido de la abstracción, por lo mucho que hemos juzgado, por lo mucho que hemos analizado.
Me imagino que ya sabes cuál es el costo que pagamos segundo a segundo, que nosotros mismos producimos también por volumen. Sabes cual es la palabra que tenemos con más frecuencia en la mente, el sentimiento que no podemos negar sentir en nuestro cuerpo 100% funcional. Lo sabes, estoy segura.
Es el costo. Es lo lógico, es normal. Extraño es cuando no sucede así. Pero es lo esperado. Lo siguiente.
Algunos aceptamos el precio. Algunos no estamos dispuestos a cambiarlo. Algunos peleamos contra nuestra naturaleza con la promesa de que podemos ser distintos. Algunos no luchamos ni avanzamos. Algunos ni siquiera nos atrevemos a reconocernos. Algunos, rasgamos la realidad tratando de obtener manzanas de perales. Algunos sólo nos dedicamos a despreciar todo aquello que para los de naturaleza distinta, es valioso. Porque podemos, porque es fácil, porque porqué no.

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Lo que estoy escuchando

  • Infection13 - Dope Stars Inc
  • TheNobodies - Marilyn Manson
  • Juliet - Emilie Autumn

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Pies. Mis pies me han llegado por todo el mundo que conozco. Literal y metafóricamente. Han sido mi único y leal instrumento. Y han sido fieles todo el tiempo, junto al resto de mi cuerpo. Me han cargado, y han padecido mis arranques de vanidad, han soportado mi deseo de verme de cierta forma aunque eso represente incomodidad, dolor. Pero realmente, han jugado bien su papel, más allá de lo esperado, que ya es mucho y más de lo que algunos tienen. Debo cuidar más mi cuerpo, ser más observadora y no retar en aquellas situaciones donde es posible, casi con seguridad, que en un pequeño descuido, el daño sea mayor, doloroso e incapacitante. Si lo pienso, una vez más, fue una gran falta de cuidado. No importa nada más que cuidar nuestro cuerpo.
Voy a contarte algo acerca del esfuerzo. Tal vez tienes la perspectiva de quien realmente sabe el significado de la palabra: aquellas personas que toda su vida han tenido que trabajar por lo que tienen. Tal vez eres del grupo a quien nadie le ha dicho nunca que tiene valor, que no lo ha encontrado y que sigue mirando las oportunidades y las metas como cosas que no son para ellos. O tal vez, eres del grupo al que yo pertenezco, del que soy más consciente y cuyas mecánicas me han hecho quien soy en este mundo: las personas que tenían grandes futuros. ¿Te suena familiar? Tus padres te lo hicieron saber. Tus familiares lo decían. Tus profesores lo esperaban de ti. Tus compañeros hablaban de eso y les eras puesto como ejemplo. En esa época donde las calificaciones escolares significaban algo, tú ibas a la cabeza en la vida. En el imaginario. No me malentiendas. Ciertamente estabas dotado de una gran inteligencia, era lo que te caracterizaba. Tu capacidad para absorber informac
Me gustaría no tener dudas, pero eternamente me cuestiono todo sin llegar a buen puerto. Hay elementos que faltan para una visión real, y mi fe no me parece elemento objetivamente significativo. Cual sería la diferencia entre eso y una mentira que deseo creer. Prefiero las aguas claras, el mundo de las proyecciones racionales y las seguridades que lo construido puede dar. Mucho o poco. No soy un ser humano terminado, no he terminado de aprender, y estoy totalmente segura de que no he terminado con el sufrimiento. Por eso me hundo en estas aguas turbulentas que no aseguran nada, que no tienen referencias claras ni un patrón aparente. Tal vez encuentre la manera de descifrarlas. Tal vez salga muy herida en el proceso. Pero no es como si eso me importe lo suficiente como para pensármelo más. Creo que el ser humano se enfrenta siempre a uno, o tal vez más eventos, cruciales, que ponen en duda todo lo que ha construido. Yo lo hago todo el tiempo, pero este es uno grande que promete gra