Nunca había sido tan ñoña ni había tomado tan en cuenta a otra persona: puedo decir que eso, definitivamente, le bajó como 20 rayitas a mi nivel de desapego con el mundo, no sólo de desapego, también de mi hostilidad contra el mundo. Y es que, mi problema es, principalmente, esa lejanía con los otros y mi facilidad para encapsularme en mí misma, atrayendo a mi realidad a aquello o a aquella persona que en el momento esté dispuesta a habitarla. Es como si "cercenara" a aquello del mundo y lo retuviera sólo para mí: he de confesar que pocos se dejaron, pero quienes se quedaron, lo hicieron por un motivo tan o un poco menos egoísta que yo (pero egoísta al fin y al cabo). Es una práctica reprobable, lo acepto; y aún cuando se que es consecuencia directa de mi historia en este planeta, me cuesta encontrarla baja o insoportable. Supongo que se va al mundo donde la violencia y cosas horribles infringidas como consecuencia de ciertos acontecimientos infantiles e inevitables por el pr...
"¿qué haremos ahora para espantar a los espantosos, aterrorizar a los terroríficos, horripilar a los horripilantes?" Ray Bradbury, El árbol de las brujas