Apégate a una idea, sostenla. Lo increíble de esto es expresarla. Que todo lo evoque si lo apoyas. Busca el camino para que toda tú se manifieste y desarrolle en la idea.
No es sobre la rigidez de los argumentos, es sobre la exploración de las posibilidades. Una manera de vestirse. La imagen. El modo de expresarse. La música. La integración de todos los elementos para que sea fácilmente reconocible entre todos. Si te apoyas en alguno de los infinitos aspectos de la existencia, si refuerzas lo que significa, sin dañar a terceros y siendo amable contigo misma, es posible.
Es casi una obligación de cada ser humano encontrar un algo hermoso y codificarlo de modo que sea posible comunicarlo entre las diferentes latitudes, regiones, el mundo.
Desarrollarlo de modo que todos sus elementos sean reconocibles.

Podemos invertirnos en dar al mundo nuestras reacciones, hacer evidente cuando estamos enojados, cuando tenemos frío, nervios, confusión. Pero creo que es fútil, porque nos empeñamos en proyectar algo que ya es, está, y que después de todo los demás no pueden y no está en sus manos modificar. Ese se un trabajo personal que debemos asimilar interiormente para no imponerlo a las personas a nuestro alrededor. Y es válido que, cuando algo es no posible de asimilar, seamos capaces de recogernos, trabajarlo internamente, podría decirse, sanarlo. Porque nadie más puede. Y, porque no imponerlo a los demás?  Creo que el mundo exterior, y nosotros en dinámica con el resto de las personas, se trata de otra cosa. De crear, de comunicar verdades universales, de tomar estos puntos brillantes y mostrárselos a los demás, no de avisar y hacerles ver cada dolor, cada vez que tenemos ganas de estornudar o que nos consuelen cada vez que tenemos frío.
Que nos reconfortemos unos a otros está bien, pero el bienestar de cada quien y la supervivencia de cada quien, recae en cada individuo.