En ese momento renové mis votos. Una sonrisa, el pensamiento tamizado por la red de situaciones y emociones constantes que merodean mi mente, que a últimas, la habitan.
Ahí estabas, simple, grande, agitado. No podía quitar la mirada de tus labios, rosas, delgados, mordisqueables. Y tu cabello caía ordenadamente, como siguiendo el plan de hacerte ver así, radiante.
Ahí supe que estoy enamorada, totalmente. Y todas mis dichas se hicieron infinitamente grandes y memorables, y todas mis dudas y preocupaciones me pincharon ahí donde los botones de la urgencia activan una alarma general.
¿Cómo lo haré? ¿Cuándo? ¿Cómo...?
No importó, mi mente casi me recordó lo tonto que era preguntarse ello porque la única respuesta es infalible y casi obvia.
"Lo voy a hacer"
No importa nada más.
Ahí estabas, simple, grande, agitado. No podía quitar la mirada de tus labios, rosas, delgados, mordisqueables. Y tu cabello caía ordenadamente, como siguiendo el plan de hacerte ver así, radiante.
Ahí supe que estoy enamorada, totalmente. Y todas mis dichas se hicieron infinitamente grandes y memorables, y todas mis dudas y preocupaciones me pincharon ahí donde los botones de la urgencia activan una alarma general.
¿Cómo lo haré? ¿Cuándo? ¿Cómo...?
No importó, mi mente casi me recordó lo tonto que era preguntarse ello porque la única respuesta es infalible y casi obvia.
"Lo voy a hacer"
No importa nada más.
Comentarios