He visto los arboles ser acariciados por las constantes ráfagas de aire que, como lamidas de una lengua que sin necesidad de humedad se desliza suavemente por su superficie aterciopelada que es la masa de hojas, responden en un intercambio de lenguaje imposible de descifrar ya que surge espontáneo y nunca es el mismo, es irrepetible, como palabras que, pronunciadas una vez, jamás volverán a ser dichas.
A lo largo de la vida (casi un cuarto de siglo), me he dado cuenta de que hay ciertos tópicos que me llaman más la atención y sólo cuando me pongo en plan de "la vida me interesa", capto estas ideas. Así llegó Sean Brennan, Sartre, Marilyn Manson, Osho, Herman Hesse, Hyperion (no están en orden de aparición ni de importancia) y un sinfin que ahora no vienen a mi mente. Muchos de estos escritores y personajes escribiendo sobre cosas oscuras, muchos tomados como charlatanes (y no los defiendo), pero el caso es que, en ellos he encontrado el reflejo de muchos pensamientos. Algunos no encuentran valor, otros son eliminados por ambas partes, otros toman una forma distinta, otros sólo son. Y sea cual sea su destino, tienen un gran valor. Por eso me decido a escribir desde ahora sobre mi tema de exposición del semestre: Ove Arup. Bien, hasta este punto sé muy poco, pero lo suficiente como para encontrar en este hombre un reflejo: Le gustaba y hacía música, cambió de filos...
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