- ¿Así se siente estar desnuda? - le preguntó. Sus labios, prominentes y rosados le inspiraban aquella fantasía sobre la inocencia que masturbaba su mente con frecuencia. Y tal fantasía, no existía en forma humana.
- No, definitivamente no. Ciertamente, hay cierta desnudez que sólo puede medirse con la cantidad de piel que puede verse, con la claridad con la que se reconoce cada parte del cuerpo, hay bonos por las partes que la propia persona no muestra a cualquiera y por aquellas que la sociedad se empeña en ocultar. Pero hay otros tipos de desnudez.
Un poco desilusionada, sus cejas se contraen con curiosidad
- También hay desnudez del alma, del pensamiento. Cualquier tipo de desnudez, no tiene mérito alguno si la cosa no es recíproca, me explico: Ante quien sea que se desnude alguien, si no hay quien observe y quien comprenda, es una acción fútil, es desencanto, es ignorancia, es...
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