No suelo escribir sobre la cotidianidad... Ni quejarme al respecto de ella. Pero últimamente, puesto que me ha resultado más difícil mantenerme en mis asuntos diarios me he puesto a pensar respecto a ellos. Ciertamente, mi situación actual no da para mucho: circunstancias, me digo, circunstancias. Y pienso que la vida es más que rendirse ante las circunstancias, claro, pero si lo pienso un poco más, llego a conclusiones no muy alentadoras.
Y es que, cómo superar esas circunstancias cuando todas son de adversidad? Y no son aquellos golpes que caen y ante los que tienes que demostrar de lo que estás hecho, no... Son aquellos pequeños eventos que son como una piedrita en el zapato y que al momento piensas que no es nada y/ó puedes superar pero que en el andar se vuelven una molestia, una gran molestia.
Y es cierto, esas pequeñas cosas, como la congestión vehicular, el clima, la espera en servicios... No son asuntos que personalmente podamos resolver, son asuntos sobre los que tenemos algún poder al prevenirlos, pero... Pensándolo, y en la práctica... Prevenirlos me está/rá costando un par de horas más... Tengo que ceder dos horas de mi vida en las que podría hacer otra cosa en pos de evitarme algo que, no está bien... Tendría que llegar casi una hora antes a la estación de MB para abordarlo a una hora decente y llegar a tiempo, y cuando digo a tiempo es 5 10 min. antes de mi clase (lo necesario), tendría que esperar hasta que el sol baje para poder caminar sin sentir que me arde la piel del rostro y como vengo haciendo, tengo que comer en menos de 15 min. para llegar al trabajo...
En fin... Si, es sano exponer estas cosas en el blog. Ya, me largo a estudiar que lo que me sobre es tarea.
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