Ir al contenido principal

2016

Oh por dios!!  Ha sido tan condenadamente difícil. El 2015 sólo fue el preámbulo para un año horrible. La esperanza, el amor, los sueños, los recuerdos, todo fue tan tan doloroso. Incluyendo los accidentes que tuve, pasando por una quemadura que también fue muy dolorosa. Trescientos sesenta y tantos días de un trabajo constante por mirar las cosas de manera optimista. Estoy satisfecha porque eso pude mantenerlo de una manera constante.
Pero las cosas no resultaron bien. Realmente la mayoría de los eventos fueron tan desafortunados, todo estuvo tan mal, fueron terribles decisiones, una tras otra. Aquello que quería concluir, no concluyó, y aquello que cuidé, sobre lo que me enfoqué e invertí, terminó desastrosamente.
No voy a mentir, lo hice todo al revés. Quise ser ecuánime, pero terminé depositando todo en un compartimento que estaba destinado a sucumbir ante el peso. Y sucumbió.
Entregué mi poder a la persona menos adecuada. Bueno, tomando en cuenta que la única persona realmente adecuada para tener un poder sobre uno mismo, es uno mismo.
Para la siguiente analogía necesito describir a mis emociones como un ente ciego, incapaz de ver, de discriminar por medio de la visión y no porque no tenga ojos, sino porque está en la oscuridad. Constantemente respondiendo a lo que el resto de sus sentidos le dejan saber. Como si estuvieran solos, como si no tuvieran en quien apoyarse, dando pasos y respondiendo según el terreno que siente bajo sus pies.
Necesito urgentemente encender una luz, permitirles ver que cuentan con alguien que los cuida, que los guía, a quien realmente le importan, en quien se pueden apoyar. Que no están solos. Para que cuando algo las sacuda, sepan a quien mirar, que hay ojos y refuerzos para los momentos en que flaquean, que no están solas. Y para que no reaccionen dando golpes al aire esperando que alguno aseste correctamente.

También necesito urgentemente bajar el switch de la preocupación por aquel ínfimo porcentaje de cosas que realmente no están en mi poder, aquellas cosas que no puedo manipular, como la muerte.

Ah, es tan condenadamente difícil.
Estoy acostumbrada a la frustración en pequeñas cantidades. Pero no a las pérdidas, ni a la ira. Y me asustan ambas cosas. Principalmente la ira. No es buena consejera. Vuelve malo todo, de un modo distinto que la negatividad, hasta me atrevería a afirmar que la ira realmente es un sentimiento que actúa contra uno mismo, no así la negatividad, que puede aceptarse como un hecho de la vida, frío e inerte pero inocuo hasta que haces algo con él.
La ira, por el contrario, estoy segura que podría romperte.
Y mi fin de año culminó con ese regalo inesperado y desconocido. Ira. Jamás la había sentido. Jamás.

También necesito bajarle a mi hipersensibilidad al exterior. Cada ruido, cada sonido, cada cosa...  Me quita mucha atención que puedo emplear en hacer algo, no sólo en sentir cosas.

Ah!! A veces creo que necesito ir y dejarme en el desierto y comprobar si puedo sobrevivir. Aunque, a decir verdad, estoy ahí, sólo necesito darme cuenta. Y hacer algo porque la no movilidad es un sistema próximo a caducar definitivamente. Que de hecho, hace mucho me mantiene suspendida en un limbo, una vida no vida. Una muerte no muerte. Viendo el mundo pasar a través del cristal.

Comentarios

Lo que estoy escuchando

  • Infection13 - Dope Stars Inc
  • TheNobodies - Marilyn Manson
  • Juliet - Emilie Autumn

Entradas populares de este blog

Mismo lugar

Sigo en el mismo lugar. Siento que me muevo y doy una idea de dinamismo que no tengo. Como un animal atado a una estaca que puede dar vueltas, pero siempre alrededor de una estaca clavada en el piso que le detiene de ir más lejos. O tan solo irse. Me pregunto, ¿Qué debo hacer? Una vez más... Y la respuesta sigue siendo la misma... Un profundo silencio. Siento que mucho tiempo atrás algo se rompió en mi vida y jamás ha podido ser de nuevo. No sé qué es, y lo único que quiero es poder olvidarlo y continuar. Y ahora me siento tan triste todo el tiempo. Tan retirada de todo lo que me da un algo de esperanza. Un poco de algo. Mi casa es tan árida, las personas están tan metidas en su oscuridad, incluyéndome. Algo se rompió dentro de mí y no sé qué es, y me gustaría remediarlo y sentirme capaz de nuevo.

Lecciones de vida.

A lo largo de la vida (casi un cuarto de siglo), me he dado cuenta de que hay ciertos tópicos que me llaman más la atención y sólo cuando me pongo en plan de "la vida me interesa", capto estas ideas. Así llegó Sean Brennan, Sartre, Marilyn Manson, Osho, Herman Hesse, Hyperion (no están en orden de aparición ni de importancia) y un sinfin que ahora no vienen a mi mente. Muchos de estos escritores y personajes escribiendo sobre cosas oscuras, muchos tomados como charlatanes (y no los defiendo), pero el caso es que, en ellos he encontrado el reflejo de  muchos pensamientos.  Algunos no encuentran valor, otros son eliminados por ambas partes, otros toman una forma distinta, otros sólo son. Y sea cual sea su destino, tienen un gran valor. Por eso me decido a escribir desde ahora sobre mi tema de exposición del semestre: Ove Arup. Bien, hasta este punto sé muy poco, pero lo suficiente como para encontrar en este hombre un reflejo: Le gustaba y hacía música, cambió de filos...

Proyección

Esta semana he estado con una idea en mi mente. Pero no la pensé sobre mí. Condensé una idea sobre alguien, mi conclusión fue que esa persona necesita plantarse en su realidad . Me pareció una gran idea por la sintonía que sentí con la idea. En mi mente era la conclusión a un problema que por mucho tiempo no había podido identificar y que, de pronto, me daba la respuesta... Pero ahora, sin la excitación del "¡Eureka!", me estoy preguntando si esa sintonía con la idea no es más que afinidad, sí, pero porque soy yo quién necesita hacerlo. Y me preguntó ¿Soy conciente de mi situación? ¿Estoy plantada en mi realidad?  ¡Qué difícil! Y la respuesta me deja pensando...