Experiencias experiencias experiencias. Esta vida y sus experiencias, se sugieren muchas y uno decide si tomarlas o no. Porqué concentrarnos en agendas distintas a las intenciones? Porqué torcer las intenciones? Porqué es difícil encarrilarse en la experiencia?
Acaso es porque realmente no hay entendimiento de ella y por tanto, tampoco aceptación genuina? Pero, es tener apertura, de eso se trata, no? Porque de cualquier forma no tenemos una idea segura, acerca del desarrollo. Se trata de fluir.
Y eso de fluir es cosa difícil porque tiene que ver con no esperar nada, con tener la mente abierta, y todo esto son cosas que no sabemos hacer. Creemos que anticiparnos, saber como actuar, contemplar cada elemento, predecir cada movimiento propio y ajeno, es el camino para la construcción de una gran experiencia.
Pero no.
Nos dará control, buena apariencia, cero daño.
Pero lo que constituye una buena experiencia, en mi opinión, es tener autoconocimiento y usándolo principalmente como herramienta, plan, carta de presentación, responder a ella. Con raspones, con aciertos, con deficiencias. Y cada experiencia nos hace más capaces, porque podemos aprender, y la idea es hacerlo mejor, ser más acertivos, crecer.
Un ambiente sanitizado es bonito. Pero aparte de preservarnos y un manejo óptimo de las apariencias, qué nos da?
Voy a contarte algo acerca del esfuerzo. Tal vez tienes la perspectiva de quien realmente sabe el significado de la palabra: aquellas personas que toda su vida han tenido que trabajar por lo que tienen. Tal vez eres del grupo a quien nadie le ha dicho nunca que tiene valor, que no lo ha encontrado y que sigue mirando las oportunidades y las metas como cosas que no son para ellos. O tal vez, eres del grupo al que yo pertenezco, del que soy más consciente y cuyas mecánicas me han hecho quien soy en este mundo: las personas que tenían grandes futuros. ¿Te suena familiar? Tus padres te lo hicieron saber. Tus familiares lo decían. Tus profesores lo esperaban de ti. Tus compañeros hablaban de eso y les eras puesto como ejemplo. En esa época donde las calificaciones escolares significaban algo, tú ibas a la cabeza en la vida. En el imaginario. No me malentiendas. Ciertamente estabas dotado de una gran inteligencia, era lo que te caracterizaba. Tu capacidad para absorber informac...
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