A veces basta con mover las cosas de lugar y tener una perspectiva diferente para mirar las cosas de otro modo y que todo sea "como debe ser". A veces esto no sucede y es más complicado que eso, pero deberíamos poder movernos e investigar, si el único modo de saberlo es a pie (haciéndolo), el tiempo invertido bien lo vale: se trata de la propia vida y a veces, la diferencia entre bien y mal, estriba en el punto desde el cual se mira.
Pies. Mis pies me han llegado por todo el mundo que conozco. Literal y metafóricamente. Han sido mi único y leal instrumento. Y han sido fieles todo el tiempo, junto al resto de mi cuerpo. Me han cargado, y han padecido mis arranques de vanidad, han soportado mi deseo de verme de cierta forma aunque eso represente incomodidad, dolor. Pero realmente, han jugado bien su papel, más allá de lo esperado, que ya es mucho y más de lo que algunos tienen. Debo cuidar más mi cuerpo, ser más observadora y no retar en aquellas situaciones donde es posible, casi con seguridad, que en un pequeño descuido, el daño sea mayor, doloroso e incapacitante. Si lo pienso, una vez más, fue una gran falta de cuidado. No importa nada más que cuidar nuestro cuerpo.
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